Una digestión adecuada es esencial para nuestra salud, ya que la dispepsia, la mala digestión, es una de las causas de trastornos más grandes, como la hiperpemeabilidad intestinal y la disbiosis, que son factores que contribuyen a otras patologías como intestino irritable, cándida, gastritis, enfermedades crónicas, inflamatorias y autoinmunes.
Si tenemos una mala digestión, ocurren 3 cosas que representan un problema para nuestro bienestar:
Es importante entonces enfocarse también en CÓMO habría que comer: siempre nos enfocamos en qué comer y qué no comer, pero la manera también es muy importante: a veces pasa que no podemos digerir algo porque lo comemos crudo, por ejemplo, y si lo comemos cocido o en un orden específico podríamos tolerarlo mejor.
De los alimentos tenemos que extraer los macronutrientes que nos alimentan y el sistema digestivo es responsable de esto.
¿Cómo podemos describir el sistema digestivo según la medicina china? Debemos imaginar este sistema como una olla en la cual base hay un fuego, el fuego digestivo, que es nuestra fuerza digestiva.
La olla es el estómago con sus jugos gástricos y el fuego está formado por los riñones y el bazo, por lo que la comida digerida debe ser como una sopa a unos 38 grados.
Entonces, ¿qué hacemos mal cuando comemos algo?
De aqúí viene la primera regla de la digestión: la ley del calor.
Debemos comer alimentos calientes y líquidos calientes todos los días y todo el día.
¡Aprovechemos antes de que comience el verano para comenzar con este nuevo hábito!
Entonces, algo que siempre recomiendo es beber agua caliente todo el día.
Puede ser en forma de infusiones, por ejemplo con gotas de limón y siempre puedes llevarla contigo si compras una de estas botellas de un litro en arce inoxidable (¡sin plástico, por favor!) para que no tengas el problema de tener que calentarla continuamente.
¿Cuales son los beneficios del agua caliente?
Aquí tienes tu primer reto: beber agua caliente todo el día y entre comidas! Con comida no mucho porque diluye los jugos gástricos y ralentiza la digestión, si es posible hazlo 15 minutos antes para preparar el estómago.
Segunda ley: la ley del horario
Según las medicinas antiguas, cada órgano del cuerpo tiene un horario diferente de energía máxima, por lo que gracias a esto podemos describir los mejores momentos para desayunar, almorzar y cenar.
Debemos imaginar un círculo dividido en varios segmentos (intervalos de tiempo de 2 horas) y donde cada segmento está ocupado por un órgano o una víscera de nuestro cuerpo.
Entonces, en el caso de la digestión: el estómago tiene más fuerza de 7 a 9h de la mañana, el bazo de 9 a 11h (es decir,de 7 a 11 para desayunar) el intestino delgado de 13 a 15 y los riñones de 17 a 19h.
Cenar temprano, de hecho, ayuda mucho al hígado. ¿Porque? Porque el hígado tiene su energía máxima de 1 a 3h de la madrugada. Y su papel es esencial: purificarnos de toxinas, producir y almacenar nutrientes.
Si comemos tarde, no le damos tiempo al hígado para hacer todo esto y acumularemos toxinas y malabsorción y podremos tener problemas como dermatitis, migrañas ...
Por eso siempre recomiendo un ayuno de al menos 12 horas entre la cena y el desayuno del día siguiente. En estas horas, el sistema inmunitario también se regenera y lucha contra posibles infecciones o células cancerosas, pero si el cuerpo está ocupado en el proceso digestivo mientras dormimos, todas estas funciones importantes no se podrán desarrollar.
Tercera ley: la ley del orden
Se ha estudiado científicamente que cambiar el orden de algunos macronutrientes como las proteínas y los carbohidratos ayuda mucho en la digestión:
A nivel digestivo, los carbohidratos necesitan un ambiente alcalino para ser digeridos (en la boca con la amilasa) y las proteínas necesitan un ambiente ácido. Entonces, si se comen juntas, muchas personas con dificultades digestivas pueden tener problemas porque si introducimos proteínas después de los carbohidratos, éstas encontrarán un ambiente muy alcalino y unos jugos digestivos que no son lo suficientemente fuertes como para descomponer las proteínas en aminoácidos.
Entonces podríamos sufrir de dispepsia y putrefacción intestinal.
Además, se ha demostrado que si comes una pequeña porción de proteínas 10-15 minutos antes de los carbohidratos, se evitará el problema del impacto glucémico y también los continuos altibajos glucemicos que tenemos cuando comemos sólo carbohidratos.
Además, esto nos ayuda mucho si tenemos resistencia insulinica, diabetes, ovario poliquístico.. y también contra el hambre nerviosa que aumenta cuando comemos azúcares, pan, pasta y cereales en general.
Las combinaciones entre otros alimentos también son importantes, pero hablaré sobre esto en otro artículo.
Cuarta ley: la ley de la masticación
La masticación es extremadamente importante porque la digestión comienza en la boca con saliva, la enzima lipasa (para los lípidos) y la amilasa (para los carbohidratos). Entonces, las personas que tienen problemas con el sistema bucal o que no tienen dientes no pueden comer alimentos enteros porque no pueden digerirlos.
En la sociedad actual, desafortunadamente no estamos acostumbrados a comer tranquilamente, sentados y disfrutar el sabor de la comida y, por lo tanto, siempre nos sentimos cansados y pesados después de comer.
A los pocos minutos después de una comida, a menudo todavía tenemos hambre porque al comer rápido no les damos tiempo a los receptores de la saciedad para activarse, ya que necesitan 20 minutos para ponerse en marcha.
Si en cambio masticamos bien y con calma tendremos muchas ventajas:
¡Entonces comencemos a hacer meditación mientras comemos! Es algo que hemos perdido hoy en dia.
Empecemos a comer con conciencia y mastiquemos cada trozo al menos 25-30 veces.
Sé que puede parecer demasiado, pero te puedes acostumbrar. Podemos comenzar leyendo un libro, por ejemplo, pero apaga la televisión, las noticias y come en un ambiente tranquilo y pacífico, porque si comemos mientras vemos algo que nos afecta emocionalmente o tenemos o una conversación desagradable con alguien, se va a activar nuestro sistema simpático que va a inhibir todas nuestras funciones digestivas.
Así que éstos son los nuevos retos que te propongo: beber agua caliente todo el día, cambiar el orden de las proteínas y de los carbohidratos, comer en horas específicas y al mismo horario todos los días, y masticar con calma al menos 25-30 veces.
Espero tus comentarios, hazme saber como van tus digestiones 🙂